¿QUÉ TIPO DE TEMPERAMENTO TIENE TU HIJO?

by Cristina

Poco después de convertirnos en padres, una de las preguntas más habituales sobre el bebé es «¿y qué tal se porta?». Las respuestas de los padres varían dependiendo, generalmente, deltemperamento de su hijo. ¿Y esto qué es exactamente? ¿Qué formas de temperamento existen? ¿Desde tan pronto?

Lo primero que vamos a hacer es diferenciar algunos términos que muy habitualmente utilizamos como sinónimos y no son exactamente lo mismo.

– El temperamento es la forma característica que tiene una persona de enfrentarse y reaccionar ante otras personas y las situaciones. Se refiere principalmente a las características energéticas y temporales de la conducta y a las cualidades de su estado de ánimo predominante y sus variaciones. Viene determinado en su mayor parte por la biología y es relativamente estable. No es qué hacen las personas sino cómo lo hacen.

– El carácter se relaciona con la combinación de valores, sentimientos y actitudes y está determinado en gran medida por nuestro entorno social.

– La personalidad se refiere a un conjunto complejo de elementos que abarcan la totalidad psíquica del ser humano. Se trata de una organización dinámica (hay mecanismos que relacionan los distintos elementos de la personalidad) que engloba aspectos tendencias básicas (como el temperamento) e influencias externas,formas características de pensar y comportarse, la propia biografía, el autoconcepto…

Así que durante los primeros meses de nuestro bebé, la respuesta a qué tal se porta suele tener que ver con su temperamento. El carácter y la personalidad se irán formando con el paso del tiempo.

Los estudios realizados en torno a esta cuestión han determinado la existencia de tres tipos de temperamento. Los criterios utilizados son:

– El estado de ánimo habitual (se distingue entre si suele ser agradable, feliz y amistosos o desagradable, desdichado y hostil).
– La regularidad en los patrones de hambre, sueño y hábito intestinal.
– El modo en que reciben a las nuevas personas y situaciones.
– La capacidad que presentan para adaptarse a las modificaciones en la rutina.
– La reacción que presenta ante la frustración.

El bebé de temperamento fácil:

Son niños que generalmente están felices. Tienen estados de ánimo de intensidad leve a moderada.
– Mantienen un ritmo regular en el funcionamiento biológico.
– Responden bien a la novedad y el cambio. Sonríen a los extraños y aceptan las nuevas experiencias de forma natural.
– Se adaptan con facilidad a las nuevas rutinas.
– Aceptan las frustraciones con poca perturbación.
– Forman parte de este grupo el 40% de los bebés.

El bebé de temperamento difícil:

– Se trata de niños irritables y difíciles de complacer. Muestran estados de ánimo intensos y con frecuencia negativos. Lloran y ríen frecuentemente y con intensidad.
– Sus ritmos biológicos son irregulares.
– Responden lentamente a la novedad y el cambio. Son desconfiados ante los extraños y se adaptan con dificultad a las nuevas situaciones.
– Se ajustan a las nuevas rutinas lentamente.
– Reaccionan ante la frustración con pataletas.
– Constituyen el 10% de los bebés.

El bebé de temperamento indeciso o apático:

– Demuestran reacciones emocionales moderadas tanto positivas como negativas.- Sus ritmos biológicos son más regulares que los de los bebés de temperamento difícil y menos regulares que los de los bebés de temperamento fácil.
– Responden lentamente a la novedad y el cambio. La respuesta inicial ante los desconocidos o situaciones novedosas puede ser ligeramente negativa.
– Desarrolla gradualmente el agrado por las nuevas rutinas tras exposiciones repetidas y sin presión.
– Aceptan las frustraciones con poco fastidio.
– Forman parte de este grupo en 15% de los bebés.

El 35% de los niños restante, no encajan convenientemente en ninguno de estos tres grupos, sino que muestran características de uno u otro. Por ejemplo, un niño puede comer y dormir con regularidad pero sentir temor en la presencia de extraños. Otro puede reaccionar con pataletas ante la frustración pero adaptarse con rapidez a las novedades… Todas estas variaciones son normales.

De acuerdo con los estudios realizados, la clave para una adaptación sana es la conformidad del ajuste, esto es, la correspondencia entre el temperamento del niño y las exigencias y limitaciones ambientales que debe afrontar. Conocer el temperamento de nuestro hijo puede ayudarnos a entender por qué reacciona del modo en el que lo hace, a prestar más atención a sus necesidades y a facilitarle un desarrollo óptimo.

¿Y tu bebé? ¿Cómo es su temperamento? ¿Tienes algún «truco» para hacer que las cosas le resulte más fáciles?

 

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